El blog de Wilson Tapia Villalobos

Wilson Tapia Villalobos, Periodista, Director de la Escuela de Periodismo, Universidad La República.

sábado, octubre 28, 2006

POLILLAS QUE APOLILLAN

(2.8.06)
Por Wilson Tapia Villalobos

Debe haber una explicación para que estén donde están. Yo no la conozco, pero debe haber. Lo concreto es que los focos de la tele y los micrófonos radiales, amén de las cámaras fotográficas de los diarios, han creado una nueva fauna. Pero el tema de fondo es cómo las polillas llegaron a transformarse en tales.

Al respecto han surgido hipótesis. Aún no logran suficiente respaldo para transformarse en teorías. Una de ellas dice que las polillas son especies de crisálidas políticas. Necesitan el brillo de las luces para dejar su estado de ninfas.

Desgraciadamente, en la virtualidad en que vivimos estas polillas son más dañinas que las otras. Hay algunas capaces de hacer desastres. Por ejemplo, en las relaciones internacionales. Dele usted luces al senador Roberto Muñoz Barra y será perfectamente capaz de decir cualquier cosa. Lo lamentable es que ocupa el cargo de presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Un organismo nada trascendente. Pero parapetándose en él se hace escuchar. Y sus palabras, por lo general, tienen que ver con la vecindad. En la última declaración que se le conoció -porque hubo otras en que involucró a Hugo Chávez y a Evo Morales- se lanzó contra el gobierno argentino por el tema del gas. Luego, hizo circular el rumor de que el presidente Néstor Kirchner estaba hecho un quirquincho por la carta que le mandó la presidenta Michelle Bachelet. Y desencadenó una catarata de rumores y trascendidos. Sí, está en su derecho. Él puede tener una posición. Pero a renglón seguido pretendió organizar una arremetida de diplomacia parlamentaria para....arreglar el problema con los argentinos. Como correspondía, del lado de allá de Los Andes le dijeron que el ambiente no estaba para polillas.

El senador de marras no es el único, por supuesto. En la Cámara de Diputados, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores es Jorge Tarud Daccarett. También se siente atraído por los potentes focos y va dejando su estela. Respecto de Bolivia sus palabras no han ayudado a mejorar los lazos. Y en cuanto a Argentina, ha estado a la misma altura -baja- que el senador Muñoz Barra. Curioso, Tarud y Barra son militantes del Partido por la Democracia (PPD). Y ya que estamos en este Partido, se podrían agregar otros dos personajes. Al Intendente Metropolitano, Víctor Barrueto, le encantan las luminarias, pero le han dicho que no se extienda en declaraciones. No hacen bien. Otro es el senador Guido Girardi. Por acaparar luminosidad, es capaz hasta de denunciar que hay una epidemia de adenovirus. Poco importa la alarma pública, la cosa es que las luces lo iluminen. Después la ministra de Salud tendrá que calmar los ánimos.

En la virtualidad actual, las polillas parecen una plaga peor que la de las langostas. Con un agregado fatídico: a su paso, las langostas dejan el terreno yermo, pero pasan. Su vida es corta. Después hay tiempo para reponerse y prepararse para la otra plaga, si es que viene. Las polillas políticas, no. Son plaga permanente. Sí, la selección natural no es perfecta.

No se vaya a pensar que el PPD tiene la exclusividad de las polillas. No, de ninguna manera. Polillas hay en todas las viñas del señor. Y cómo Chile es país viñatero, imagínense. Pero en este mare mágnum polillero hay algunas que se destacan. Está el caso del diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Iván Moreira Barros. Es tan polilla que una vez asistió al lanzamiento de un libro del senador Nelson Ávila. Fue sólo a que lo pifiaran. Pero como era tan inesperada su presencia, las luces se volcaron sobre él. Y logró su minuto de gloria. Para qué hablar del senador de Renovación Nacional (RN) Sergio Romero Pizarro. Es un multiespecialista. Y ahora que dejó la presidencia del Senado, no hay foco que ande cerca que se le escape. Desgraciadamente no es muy telegénico y tiene poca demanda. La senadora de la UDI Evelyn Matthei Fornet, es otro caso. Su especialidad es acaparar luces con denuncias contra el Gobierno, que luego quedan en nada. Pero como buena polilla, insiste. Ya van a ver.

Para terminar, hay dos personajes que no sé sin son polillas. Son algo raro. Esto de que al ex senador democratacristiano y ex ministro Andrés Zaldívar le haya dado por transformarse en plañidero, me llama la atención. No sé si creerá que ser polilla a los 70 años le servirá para recuperar su puesto en el Senado. No sé. Pero ahí está contando en capítulos las desventuras de su salida del gabinete. Como en las viejas fotonovelas. Y el otro personaje que tampoco sé como calificar, es la ministra de Defensa Vivian Blanlot Soza. Esta brillante economista y Master of Arts en Economía Aplicada, ha montado ya dos numeritos. El primero fue en Haití. Propuso pasarle plata al Gobierno de Puerto Príncipe. Estaba impresionada por la pobreza. ¡Lo que es no conocer Chile! Después fue en Washington, luego de entrevistarse con Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa norteamericano. Dijo que la candidatura de Venezuela al Consejo Seguridad de las Naciones Unidas no era la más adecuada, porque no concitaba unidad en el continente. Las dos veces se salió de su territorio. Sin embargo, tengo dudas de que sea polilla. Tal vez, en el primer caso fue pura sensibilidad. Y, en el segundo, un pecado de ingenuidad. La ministra también es militante del PPD.